La pelirroja a quien llamaré Rebeca y con la que tenía una
cita para cenar, tenía unos 30 años por aquella época. Acababa de mudarme al
edificio y había sido muy amable en mostrarme los movimientos del lugar, al
resto de los condóminos, etc. parecía ser una gran chica y cuando me invitó a su
departamento no lo dudé ni por un momento.
No tenía idea entonces que terminaría acostándome con ella,
desde luego nadie se presenta así: "hola soy X, vivo en el 14 y soy lesbiana".
Por supuesto que en aquel...