La mujer del empresario. El medicamento
El señor Perecet requiere los servicios del amigo de su hija otra vez.
EL MEDICAMENTO
Por desgracia para Miguel fue la mujer de Perecet quien salió a recibirle cuando llamó a la puerta. Allí estaba ella, la mujer de hielo, mirándole con esos ojos de perra-loba. Le hacía sentir como un pordiosero mendigando en la casa de un marqués.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó ella.
-Venía a… yo venía a…
-No me gusta verte por aquí.
-¿Cómo?
-No quiero que te acerques a mi hija.
-¿Raquel? N…No he venido a ver a su hija, señora…
-Mi hija no es para...