Mi bella hermanastra
Sutilmente me sometió hasta hacerme quedar de rodillas, subyugado a sus pies, a su voluntad.
Por motivos de familia, tuve que mudarme a casa de mi padre, dónde éste vivía con su esposa y la hija de ella, es decir, la que ahora sería mi hermanastra.
Esta linda joven podía tener unos 18 años. Era blanca, de cabellos castaños y ojos pardos. Tenía el rostro tan bello como un ángel, sin embargo, su personalidad era fuerte, segura, decisiva.
En este tiempo me encontraba yo trabajando en mi investigación final de la universidad, razón por la cual me la pasaba prácticamente todo el día en...