Jugando a ser puta (2)
Sentirme una puta me puso muy cachonda, pero también estaba muy atemorizada, mezcla explosiva para mis fantasías de sumisión.
No sé qué sorpresa me había preparado Pedro, me dijo que preparase ropa para un par de días, pero sobre todo lencería, taconazos, y mi neceser de maquillaje.
Pedro es un cornudo consentido, quiero hacerle feliz, y aunque a veces me cueste seguirle en sus fantasías yo he descubierto mi lado sexual más oscuro y es que me gusta ser deseada y usada como un objeto, soy sexualmente muy sumisa aunque en mi vida real también soy una mujer de carácter fuerte.
Salimos por la mañana dirección a Madrid...