Mis musas
Un hombre mira los juegos de seducción y placer entre tres mujeres, sus musas, quienes lo condenan por el momento a ser un simple espectador
Estoy sentado a un lado de la cama. Hoy mi papel será de mirón. Ese fue el trato.
En la cama hay tres mujeres. Muy hermosas las tres. Mucho más que hermosas: atractivas, sensuales, cachondísimas. Y hoy están haciendo de este espectáculo un obsequio para mí.
Las tres se parecen mucho.
Sus cabelleras son negras, intensamente negras; Rosario y Eugenia la tienen ensortijada y larga hasta media espalda. Adriana se la alació hace poco y se la recortó al estilo garzón.
Tienen ojos grandes y...