Mis musas

Un hombre mira los juegos de seducción y placer entre tres mujeres, sus musas, quienes lo condenan por el momento a ser un simple espectador

Estoy sentado a un lado de la cama. Hoy mi papel será de mirón. Ese fue el trato.

En la cama hay tres mujeres. Muy hermosas las tres. Mucho más que hermosas: atractivas, sensuales, cachondísimas. Y hoy están haciendo de este espectáculo un obsequio para mí.

Las tres se parecen mucho.

Sus cabelleras son negras, intensamente negras; Rosario y Eugenia la tienen ensortijada y larga hasta media espalda. Adriana se la alació hace poco y se la recortó al estilo garzón.

Tienen ojos grandes y...

El mamey es una fruta deliciosa

Una tarde de trabajo en la casa de una amiga puede traer sorpresas muy agradables.

El mamey es una fruta deliciosa

por Rolocacho

Puse mis manos sobre los hombros de Ximena y la empujé suavemente hacia abajo, para que quedara sentada en el sillón. Abrió los ojos incrédula.

–¿Qué haces? –preguntó, levantando su hermosa cara para mirarme a los ojos.

–No te preocupes, Ximena. Sólo relájate, porque te lo voy a hacer... –y traté de sonar tranquilo, aunque hervía de excitación y de nervios.

–¡¿Estás loco?! –exclamó. Se puso de pie, pero no se alejó de mí.

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