¿Estás lista?

¿Estás lista?

¿Estás lista?

Ella miró profundamente mis ojos y movió ligeramente su cabeza afirmando.

Por favor, levanta un poco tus piernas y permíteme entrar bajo las tuyas. Las cruzó detrás de mí hasta quedar bien unidos, casi rozándonos, pero como así no iba a ser posible, me retiré un poco.

Con sus dedos abrió los labia pudendi y me dijo, hazlo. Descargué con fuerza inusitada, moviéndolo hacia su meato urinario, siguiendo hacia su clítoris y conforme declinaba hacia sus ingles. Empezó a descar...