De crucero con mi papá
Durante un viaje en familia, unos señores marineros me provocaron poco a poco hasta convertirme en su putita y así merendarme a placer.
Cuando era pequeña pasaba mucho tiempo de calidad con mi papá. Íbamos al estadio, de shopping, al cine, hasta de paseo en la playa, donde, en las noches más oscuras donde destacaban infinidad de estrellas, nos dedicábamos a trazar constelaciones imaginarias.
Era extraño porque lo normal, pensaría uno, sería que él prefiriera pasar más tiempo con mi hermano porque de seguro entre hombres se entenderían mejor, pero nada de eso se aplicaba en mi caso. Claro que ahora, yo en la facultad y con novio, él co...