Primera vez
No la dejé terminar y me lancé a comerle la boca. Dimos la vuelta y me quedé encima de ella. Entre risas agarré sus muñecas y fui bajando por su cuello. Al morderle en un pezón soltó un grito, para después succionarlo despertando nuevos gemidos para ambos.
Supongo que no era normal pensar en aquello en el contexto en el que me encontraba, pero, sin lugar a dudas esas palabras estaban grabadas en mi mente: "no hay viento favorable para quien no sabe a qué puerto se dirige".
Tenía que agradecer mi primera vez a mi hermano, a Schoperhauer, a que una actriz vieja tirara a otra por unas escaleras... Como suele pasar, lo importante es una buena historia y esta es la de mi primera vez.
**Acto I: el de jugar al trivial, una mamada y espectadores indeseados...