Chocolate con churros

Un sábado cualquiera. O casi.

La felicidad es efímera cuando ya pasó y eterna cuando te envuelve como una manta. Se parece a una infancia feliz, pues tiene mucho de vivir y poco de mirar al futuro. No son los pequeños momentos, qué coño va a ser eso; la felicidad es estar enamorado, y en esas estaba Aleix.

Tumbado en una cama ajena, pero cada vez más conocida, se despertaba incómodo, una vez más, por los desagradables sonidos provenientes del piso de abajo. El señor Antonio, aparte de ser un señor muy serio, parecía empeñado en qu...

Platino

Una casa. Tres voces. Cuatro cigarrillos. Una ventana. Un juego. Una palabra.

Martes, 29 de noviembre. 22:43.

Sofía.

—No la soporto. De verdad. Es que es… joder. No la puedo ver delante.

Le repetía esta frase, con ligeras variaciones, pero misma esencia, a mi novio, el cual parecía no prestarme demasiada atención, mientras se descalzaba y se tumbaba en cama a mi lado.

—A ver si deja el piso de una puta vez ya. Que vino para unos días y lleva aquí no sé cuánto.

—Bueno, iba a entrar el quince en un piso y al final se lo dieron a otra persona —respon...

Subterfugio

Una noche, ya de retirada, me depararía una sorpresa.

Quizás fuera el alcohol lo que impedía que me envolviera la sopresa. El alcohol y la noche, que me habían puesto allí, delante de aquella belleza conocida. Aquella chica, sola, en la calle, en aquel portal, durmiendo, desgastada y derrotada por una noche de excesos. Yo la conocía. La conocía todo lo que se puede conocer a alguien, hoy en día, sin conocerla personalmente.

Me senté a su lado. Mi anónimo trasero sobre el frío escalón, al lado de su culo de instagram.

Abrió los ojos, me vió, pero no...

Ser mayor

No soy una cría, ni soy idiota. Soy madura de sobra para mi edad. Simplemente, lo que sucede, es que nunca lo he hecho con nadie, y mis “amigas”, por lo visto, llevan dos años en una especie de no parar.

No soy una cría, ni soy idiota. Soy madura de sobra para mi edad. Mucho más madura que la gran mayoría de mis compañeras de clase. Diría amigas, pero tengo la suficiente madurez y raciocinio como para saber que no son amigas de verdad. Lo noto en las multitudes, en los grupos grandes. No me sirven las confesiones secretas vis a vis si cuando nos juntamos cuatro o más yo dejo de existir.

No soy más cría que las demás, de hecho suelo pensar que les doy mil vueltas. Simplemente, lo que sucede, es que nun...

La cala

Un poco de voyerismo light en una cala mediterránea.

Todos tenemos nuestras rarezas. Sin duda una de mis peculiaridades es que mi paleta de colores es cuasi femenina; lo suficiente como para interiorizar que la morenaza que se situaba a pocos metros vestía un bikini azul aguamarina y su melena larga y espesa alcanzaba un tono negro azabache.

Una cala mediterránea, escapando de las hordas guiris, de alemanes cerveceros y familias tan numerosas como estruendosas. Aquella cala parecía de los pocos sitios donde alguien podría tomar el sol sin riesgo d...