El plan para hoy (2 y última parte)

Concluí que ya había sido suficiente, había quedado realmente satisfecho y, al parecer, mi novia había acabado por aceptar de buen grado el desenfreno de aquella tarde. Miré hacia Gemma… ella asintió con una sonrisa cómplice.

Ella continuó petrificada, con un gesto ausente en el rostro, levantó la barbilla echando la cabeza ligeramente hacia detrás y abrió la boca… […] allí estaba la cornuda de mi novia, comiéndome los huevos aguardando una inminente corrida, frente a la puta que me acababa de follar.

[…]

Varios chorros de semen adornaron la frente y cabellos de mi novia... me aparté sacando mis cojones de su cálida cueva... aun no había acabado... le refregué el semen por toda la cara y recogiendo un poco con m...

El plan para hoy

Hacía un tiempo que la idea me rondaba la cabeza y no sabía como llevarla a cabo. Abrí la puerta y allí estaba mi novia en el salón, una chica de 23 años, castaña, de piel suave, unos verdes ojos enormes y unos labios muy apetecibles. Su aniñado rostro se empeñaba en no abandonar nunca su etapa adolescente, y fue esa cara pícara la que me había conquistado años atrás.

Hacía un tiempo que la idea me rondaba la cabeza y no sabía como llevarla a cabo. Ese día, camino a casa, aparqué el coche en la calle como y donde pude (lo que se convirtió poco menos que en una odisea) y que me obligó a hacer un trozo a pie.

No me importó en demasía... llevaba ocho horas sentado en una oficina... el paseo me haría bien, pensé. Durante el trayecto llevaba la cabeza ida, alejada kilómetros y kilómetros de aquella manzana, perdida en la ciudad. Eran las 17:15 de un primaveral dí...

Excitación

Una compañera de universidad de mi hermano, acude a nuestra casa a realizar un trabajo... ella me excita muchísimo y se muestra muy simpática...

Se presentaba ante mi un día aburrido, como otros tantos: eran las seis, volvía de la universidad completamente asqueado después de haber asistido a las clases durante la mañana y a una clase más (como colofón) a esa hora impertinente como son las tres y media, tras el almuerzo, con la sangre alejada del cerebro y toda mi concentración puesta en una deliciosa y lenta digestión...

Y bueno, me presento: me llamo Ricardo y tengo 23 años, un tipo fisicamente normal, ni alto ni bajo, ni gordo ni del...