Confesiones de un lamedor de pies
Descubre el mundo de un insaciable fetichista de pies...
Son las 4 de la tarde en un concurrido café de la ciudad de Caracas, y me encuentro saboreando un delicioso Capucchino. La bulla del lugar me desconcentra de a ratos, pero mis ojos tienen su propio idioma y saben lo que buscan. Cualquier indicio de piel es bueno, pero particularmente hurgo en las extremidades inferiores de toda hembra que pase. Tengo sed de unos hermosos y suaves pies.
Ver pies es casi un hobbie para mi. Un acto reflejo. Un paso obligado. Un vicio. Una necesidad. Un arte, porq...