Rosa
Sorprendió a su madre, mirando mientras ella y su ama enloquecían sus cuerpos de placer, convirtiéndose la caliente mirona en su nueva esclava.
Cierto día invite a Rosa a mi casa debido ha que me iba a quedar sola puesto que mi madre se iba a salir a un viaje a debido a su trabajo. Así que ella llego a casa como a eso de las 8:00 de la noche. Al escuchar el timbre fui y abrió la puerta.
Yo vestida con un pequeño short que dejaba ver mis largas piernas. También llevaba puesto un top que resaltaba para resaltar mis pechitos redonditos y paraditos. Lo que quería era estar linda para ella.
- Pasa, me alegra mucho que hayas venido.
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