El tanga por sorpresa
Como una prenda caida de un tendedero puede dar lugar a placer
Ya estábamos más allá de mediados de mayo. buen tiempo, piscinas abiertas y los colegios aún funcionando. La mayoría de los días al volver de dejar a mis hijos en el colegio podía quedarme a trabajar desde casa. Esa mañana no había sido diferente, ni lo fue hasta que decidí instalarme a trabajar con mi ordenador en la cocina y prepararme un segundo café. En lo que esperaba que el café estuviese listo fui a mirar por la ventana, siempre me ha gustado espiar lo que hacen mis vecinas, pero esa es otra historia...