Mi ardiente mujercita
Algo que descubrí en ella y me causaba gran excitación era ver como su cara se transformaba, y ver los gestos que hacía ya cuando estaba excitada
Me encontraba sentado al borde de la cama, mientras miraba a mi esposa tendida en la cama, se encontraba desnuda bocabajo, su respiración era entrecortada, habíamos tenido una agitada y caliente escena de sexo.
Esa día por fin había obtenido lo que con tanta insistencia deseaba desde hacía mucho tiempo, aunque nunca me había atrevido a pedírselo y era verla como era poseída por otro hombre, había sido la culminación a encontrados deseos que en mi mente se habían anidado desde hace mucho tiempo.
...