Mi compañera de piso y la webcam

Laura me provoca constantemente para meterse conmigo, y va siendo hora de tomar las riendas.

Afuera todo estaba oscuro. La calle vacía y el ambiente tranquilo. Quien me iba a decir que aquella noche sería tal punto de inflexión. Pero ese día había empezado de una forma muy normal.

Esa mañana me habían despertado las obras de la calle. Era un ruido molesto y penetrante del martillo neumático, a las 7 de la mañana. Me levanté, con mi rutina diaria de lavarme los dientes, ducharme y vestirme con lo primero que pillé.

Espera, un segundo. ” Pensé.

*“Tengo que causar buena impresi...