Humedades

Tres fotos, tres bragas, una paja y quién sabe cuantos dedos.

Te escribo este correo justo después de despedirte porque esa excitación de la que te he hablado cuando te ibas no me ha dejado irme a la cama sin antes jugar mirando las fotos que me has mandado. Veo la foto de tus braguitas con esa mancha. Mancha fruto de unos minutos de juego. De la excitación casi explosiva al oler y lamer las bragas de tu madre. Hasta ese momento el ritmo de nuestro excitación había sido el normal en nuestros juegos. Pero en el momento en que las oliste por primera vez, tu cambio fue b...