¡ay Gabriel!... (3)

Y están las tres entregas. Les mandaré luego un epílogo corto. Saludo a todos los que me enviaron mensajes y valoraciones. Todos fueron considerados. De todo se aprende. Gracias.

La vuelta a mi trabajo, casi una semana después, no tenía esa alegría que muchas veces había experimentado luego de un período de vacaciones. Sobretodo de algunos que tuve que pasar en mi casa, aburriéndome, al no poder ir de veraneo. Y encima, agregado a todo esto, mi estado de salud, que aunque no era malo, demandaba una atención que me molestaba mucho.

También, al darme cuenta que estos días de licencia, no habían sido el regreso unas vacaciones regulares y la causa de la misma, mi estado de...

¡ay Gabriel!... (2)

...disculpas por la demora. Saludos a todos.

A las cuatro de la tarde se abrió la puerta de la habitación del sanatorio y una enfermera se me acercó.

-¿Cómo se siente?

-Bastante bien –le comenté en voz baja -¿Sabe Ud. si vinieron mis familiares?

-Si. Son un ejército. Entrarán en dos tandas – me contestó la enfermera con gesto adusto. –Espero que me disculpe pero las normas son estrictas. Apenas acomode la habitación comenzarán a pasar.

Como siempre, y ante cualquier acontecimiento por liviano que fuera, mis manos comenzaro...

¡ay Gabriel!...

Este relato será completado en tres entregas. Espero que lo disfruten. Un saludo a todos los lectores y escritores de este foro.

¡ay Gabriel!...

A medida que voy recobrando la conciencia, comienzo a darme cuenta que estoy acostada, pero en una cama que no es la mía. Al tacto, percibo que las sábanas que me cubren son gruesas, casi ásperas. Los dolores de mi estómago y el frío de mis pies se me hacen insoportables. De a ratos me torturan. Trato con esfuerzo de abrir los ojos y veo, como a través de una neblina densa, un cielorraso blanco brillante que a pesar de mi poca visión me lastima

A medida que mi vista va mejo...