En el matrimonio de mi primo vaya que hubo fiesta

Chupaba, mamaba, lamia, me la insertaba hasta la campanilla… y así estaba yo mamando de esa deliciosa verga cuando me agarró con ambas manos por la cabeza y empezó a follarme la boca, ¡Dios! ese hombre si sabía cómo volverme loca.

Me encontraba en el centro del templo escuchando vagamente las palabras del sacerdote y esperando que por fin se dijera: puede besar a la novia, para salir de ahí y estirar las piernas. Sin embargo, aún faltaba bastante y apenas se estaba formando la fila para dar la comunión, (Con lo mal que se me da esta parte, algunos me comprenderán, ya saben lo delicioso que es la fornicación…. No obstante, es considerado pecado).

Bueno, ¡regresando a la historia! Me encontraba en una banca aguardando el esperado...