Marita Dolmic
Un nombre puede evocar mil cosas. Algunas de ellas fruto de la experiencia personal; otras, aunque parezca contradictorio e incluso ridículo, evocan algo que está por ser experimentado.
Marita Dolmic.
Un nombre puede evocar mil cosas. Algunas de ellas fruto de la experiencia personal; otras, aunque parezca contradictorio e incluso ridículo, evocan algo que está por ser experimentado. Por supuesto que, en el momento en que leí el nombre escrito en el interfono del apartamento 5 del edificio ubicado en la calle Álamo número 38, me imaginaba que Marita Dolmic era un apelativo estrechamente vinclulado a la pasión, el erotismo, la sensualidad. Así lo creía y por eso me esforzaba en...