Una cuñada más zorra que yo
Mi cuñada quiere jugar
Esa noche mi coño estaba empapado, mi novio no estaba, así que mis ganas de correrme eran enormes.
Cerre los ojos queriendo escapar de aquellas ganas de meterme los dedos en el coño y follarme a mi misma, pero sin poder evitarlo bajé mis manos por mi vientre y llegé a mi tanga totalmente mojado, donde empecé a masajar. Sentí ganas de oler mis propios jugos asi que acerque la mano empapada de fluidos a la nariz y el olor a perra me inunda. Me meto los dedos en la boca, los lleno de saliba y sin perder...