No hay dos sin tres

Siempre tuve curiosidad por saber lo que era tener a una mujer entre mis piernas...

Era una tarde calurosa. Estaba en casa bastante aburrida. Vivía sola y aún lo hago, no porque no encuentre pareja sino porque siempre me ha gustado ser independiente y no sentirme aprisionada por nadie. A lo largo del último año había tenido muchos amantes. Algunos regulares, otros muy buenos y otros por encima de la media. Había probado cosas nuevas y sobre todo, había aprendido a jugar sin ningún tipo de pudor. Abrirme de piernas en sitios públicos mientras me metían un par de dedos o cualquier obje...