Reformas en mi culo IV

No me hizo falta respuesta. Empecé a lamer su rabo gordo con todas mis ganas intentando meterlo todo en la boca pero me dolía, era bastante ancho

El tercer equipo en reforma fue tan solo un hombre. El carpintero. Era de media estatura, de unos 45 años, moreno y con algo de barba. No era especialmente guapo, pero a mi los bajitos fortachones me ponen. Y este se le veía bastante fornido. Trabajaba a destajo, supongo que para tenerlo todo a tiempo, así que le di de margen dos días. Pero al tercero empecé mi ritual. Me vestí con tanga de color lila y un batín corto, dejando mi pecho al aire. Mientras mi carpintero cortaba maderas yo me tomaba un café en...

Reformas en mi culo II

Yo me levanté. Pedro me cogió del brazo y me llevó hasta la pared donde estaba trabajando Félix. Me hizo apoyarme de espaldas poniendo mis brazos contra la pared y mi culo en pompa. Se bajó los pantalones hasta los tobillos

Al día siguiente, a la hora de comer, ya estaba en el piso en reforma, a cuatro patas chupando la polla de Omar, mientras Félix metía y sacaba su pollón de mi culo a toda máquina.

-          ¿Qué te dije moro? ¿Que esta putita tenía una boca de lujo eh? …oooh… y ya verás cuando pruebes su culo.

Al final convencí a Omar para que me dejara probar su polla. No fue difícil que el moro se rindiera a mi boca al ver la cara de satisfacción de su compañero corriéndose en boca hacía tan solo unos minutos...

Reformas en mi culo I

El muy guarro entró en el piso, se desabrochó el pantalón y se sacó el rabo

El balcón de mi salón da a un callejón. Es tan estrecho el callejón, que desde mi balcón se ve todo lo que pasa en el piso de enfrente y viceversa. Hasta hace poco vivía una anciana, pero de la noche a la mañana ya no la vi más. El piso quedó cerrado hasta hace un mes, que de pronto vi que las persianas se abrían y un matrimonio daba vueltas por el piso mirándolo todo. Ella tenía una pinta de maruja amargada, que parecía que no le gustaba nada del piso. Sin embargo, él parecía bastante entusiasmado. Lo miré...

Reformas en mi culo III

Cuando consideró que la tuvo bien lubricada me puso de pie, contra la pared y me penetró de golpe, enterrando su pollón hasta el fondo de mi culo, provocándome uno de los mayores placeres de mi vida.

Empecé entonces el rito de provocación. Mientras iba caminando de espaldas al balcón de enfrente, me quité la camiseta quedando solo con mi tanga de hilo blanco. Me doblé para viera bien mis nalgas pero cuando me levanté el pintor no estaba mirando. Cómo podía ser? Seguí provocándole durante todo el día, poniendo la lavadora, agachándome para introducir la ropa dentro de la máquina y exponiendo bien mi culo, saliendo al balcón semi desnudo con la única excusa que me viera, pasando varias veces por delante d...

El crucero del amor III

El camarero apuntó su tronco de Brasil en mi culo, dejó caer un escupitajo sobre su polla y empezó a empujar. No le costó nada ya que Daryl había allanado el terreno

Llevábamos una semana en el crucero y estábamos a punto de volver a puerto. No había vuelto a follar con el marinero. Tampoco con el americano. De hecho, Daryl me evitaba siempre. O se sentía avergonzado o no sé. Con quien no paraba de joder era con Julio. Lo hacíamos a casi todas las horas del día en casi todas partes. De las más divertidas fue cuando me hice con un traje de señora de limpieza y piqué a la puerta del camarote de Julio. Sabía que estaba solo haciendo la siesta, su mujer se había ido un rato...

El crucero del amor II

Me quedé embobado mirándolo como se enfadaba con sus hijos y pensé que me gustaría ser uno de esos mocosos para sentir su aliento en mi cara

Nos sentamos a desayunar y enfrente nuestro se sentó una familia que parecían americanos. Ella la típica rubia con tetas operadas, delgada y con voz de pito. Una niña y un niño, de no más de 10 años, se veían muy americanos, rubitos, muy blancos y traviesos. Y el papá…el papá, menudo papá. Típico americano también, pero de los guapos. Parecía deportista porque era muy grande y fuerte. Moreno con el pelo rapado tipo militar. Las facciones muy marcadas, unos labios muy carnosos y unos ojos claros. Vestía una...

El crucero del amor

Y así solo con la gorra y su polla semi erecta, esperó mi marinero, a que yo me arrastrara hacia él y empezara a comerle el rabo con ganas

El vuelo salía con retraso y Julio, el socio de mi padre y mi habitual amante, aprovechamos el delay para buscar un baño en el aeropuerto donde no hubiera mucha gente y poder dar rienda suelta a nuestro calentón. Pero fue misión imposible, en pleno agosto el aeropuerto lleno y los baños también. En vista del éxito nos metimos en el cuarto para cambiar a los bebes. Me quité los pantalones y me ensalivé bien el culo metiendo dos dedos para dilatarlo. Mientras Julio se había bajado sus bermudas y calzoncillos...

Taxi, por favor!

Empezó a moverse rítmicamente haciendo que su tronco se deslizara muy bien dentro de mí, provocándome un placer extraordinario. Este tío sabía como follar un culo

Era carnaval y los 4 amigos decidimos un año más disfrazarnos en grupo y salir de fiesta. Para la ocasión, Jose, como encargado estilista eligió disfrazarnos de escoceses gais, claro. Llevábamos un kitt de cuadros de color rosa y una gorra a juego. Botas negras y sin camisetas. Jose nos dijo que fuésemos sin ropa interior, pero yo nunca salgo sin un buen tanga, nunca sabes quién te lo va a quitar. Me compré un tanga de hilo fino de color rosa que me realzaba mi culo respingón.

Fuimos a una fiesta de d...

Francés, venezolano, alemán, búlgaro y español

Aquella noche decidí entregarme a la diversidad

El jueves siguiente, sobre las diez y media de la noche, fui al local donde trabajaba Dimitir como segurata. Al llegar el búlgaro estaba plantado en la puerta, vestido con su uniforme negro, sus botas de seguridad y su porra. Se veía tan macho que todo mi cuerpo se estremeció.

  • Qué bien verte - me dio dos besos.

  • No podía perderme volver a verte. Qué guapo estás!

  • Gracias…aprovecha a mirarme que después no llevaré nada - me dijo mientras abría la puerta y me invitaba a pasar.

La e...

El búlgaro del gym

Me lo monto con un búlgaro enorme en el gimnasio

Recuerdo que era una noche de Junio que hacía muchísima calor y hasta el puto aire acondicionado estaba incómodo del calor y no quería trabajar. Eran las 3 de la mañana y me levanté de la cama, me di una ducha de agua helada y me puse a leer un libro en el sofá desnudo y espatarrado, mientras el aire del ventilador me aireaba la raja del culo. A la hora de estar así y volver a empezar a sudar, se me ocurrió la idea de ir al gym y por lo menos sudar por gusto. En mi barrio abrieron una de esas cadenas de gim...