Yolima, la estilista sensual y deliciosa

Era una mujer para gozarla y hacerla gozar.

Yolima, una estilista madura y deliciosa

Yolima es una estilista, colombiana, a mi me parecía alguien extremadamente reservada y dedicada a su hogar y a su trabajo. Nuestro trato solamente había sido solamente por razones de negocios.

Es una mujer de 38 a 40 años de edad, casada y con tres hijos, todos menores de edad. Vive en un suburbio de Cali. Su posición económica es la normal para una persona de su estrato. Rubia, cabello lacio exquisitamente arreglado, porque es precisamente estilist...

Soy GLORIA y me vecino me hizo gozar como nunca

Hace rato que espiaba a mi vecino y lo deseaba. Un dia todo ese hizo una deliciosa realidad.

Me llamo Gloria, soy una mujer de 43 años de edad, separada. Ese estado, de mucha soledad, me ha conducido a vivir permanentemente excitada, buscando con la imaginación un hombre que calme mis deseos sexuales. Me considero sensual, labios gruesos, buenos senos, mis muslos son provocativos, me parece que puedo excitar a un hombre. Vivo sola y un día estaba en mi casa como a las 10 de la noche viendo pornografía en televisión, sumamente mojada y, repito, sola... La noche se me hacía larga estaba tan ex...

Edilma, la del servicio, deliciosa mamada

Edilma era sexual, era una mamadora experimentada y yo lo comprobé.

Edilma, la del servicio, deliciosa mamada

Edilma era una muchacha que hace algún tiempo había trabajado en mi casa, encargándose fundamentalmente del aseo. Ahora ya no se encontraba con nosotros en razón de que sus servicios no se hacían necesarios. Las circunstancias cambiaron y con el tiempo hubo necesidad de buscar a alguien que se encargara del arreglo del apartamento. Luego de varias ofertas y propuestas, se decidió hablar con Edilma quien, como antes dije, era una persona de plena c...

Otra vez, la dulzura de Olga

Volví a disfrutar a Olga, otra vez.

Otra vez, la dulzura de Olga (autor Polo).

Recuerdan a Olga, aquella madura, que era una dulzura escondida ?. Después de nuestro encuentro sexual en aquel motel, a donde ella me condujo, regresamos a la sede de nuestro trabajo, ella por su lado, yo por el mío. Absolutamente nadie, conociendo el carácter de Olga, podría siquiera sospechar de nuestra aventura en ese paradisíaco lugar. No obstante, ella y yo acordamos mantenernos lo más alejados posibles. Era necesario.

Una tarde, coinc...