Mi Jefe (2)
Pensaba que mi jefe había zanjado los contactos sexuales. Como iba a pensar yo lo que pasaría.
Hasta ahora cada día regresaba a casa asqueado, sobre todo de mi actitud sumisa y denigrante; de oir su risa asquerosa cada vez que me ofrecía su pene; de recibir una caricia en la cabeza cada vez que se corría como si fuese un vulgar perro, solo le faltaba decir "Buen chico".
Pero su actitud en el último día me había probocado una curiosidad lasciba. Me había dado la impresión de que quería probar algo mas y no se atrevía a decírmelo. Al día siguiente quería descubrirlo.
Y el día siguient...