Dos polvos y un funeral
Me daba un poco de reparo hacer lo que me pedía el coño y negaba el buen sentido, pero un buen polvo con don Narciso quizá me quitara el mal sabor de boca. Ver morir a la madre de tu marido mientras él te está follando es, sino traumático, desconcertante.
Dos polvos y un funeral
Corrían malos tiempos y tanto mi marido Blas como yo perdimos nuestros puestos de trabajo. Sin otra perspectiva inmediata, apostamos por regresar a su pueblo y allí dedicarnos al turismo rural.
Encontramos una vieja casona a muy buen precio, estaba junto al río y las frondosas plantaciones de perales y manzanos disimulaban el secarral circundante. Destinamos el finiquito a su compra y rehabilitación y contamos desde el primer momento, aparte de con nuestra ciega i...