Mi marido es mi amo, Lucía mi dueña VI
Lucía me empieza a instruir sobre lo que me espera con su amiga Marga.
Mientras ella se dirigía a su habitación, yo me fui al baño a lavarme las manos. Cuando, abriendo el grifo, empecé a escuchar el agua correr, sentí una enorme necesidad de orinar. Así pues, recogí el recipiente que tenía siempre preparado al efecto y me dirigí, como tenía ordenado, hacia la habitación donde se encontraba mi dueña. Una vez allí y, aunque la puerta estaba abierta, di en ella dos golpes con los nudillos para advertir de mi presencia. Mi ama se giró para mirarme y, sin decir nada, continuó indi...