Accidente Incestuoso IV. Final

Fin de la serie que pensé que había publicado hace tiempo, todos los comienzos tienen un final.

Tras la pillada a mi madre masturbando a mi hermano, llame a la puerta del baño, -mamá , abre la puerta-, el chasquido del pestillo sonó y abrí la puerta, mi madre estaba sentada sobre el wáter, su cara todavía estaba llena de semen, tenía las piernas abiertas y una mano acariciándose entre ellas, no me miró, siguió a lo suyo, masturbándose y gimiendo, yo acerqué mi boca a la suya y la besé, busqué su lengua y la encontré y y mientras la sentía dentro de mi boca, empezó a correrse.

A partir de ese mom...

Conociendo a Elena.

La casualidad hace encontrarte con gente con la que compartir experiencias que aun siendo normales no ocurren todos los días.

Antes muerta que sencilla decía mi vecina del tercero, supongo que lo decía porque las gallinas eran unas santas comparadas con ella, una rubia de bote fea pero sumamente buenorra, con grandes pechos y enorme culo que se paseaba medio desnuda pidiendo azúcar por todo el edificio, a mi me la había pedido varias veces, siempre que casualidad, cuando mi mujer no estaba, yo por supuesto se la daba y con mucho gusto. Se comentaba que se había tirado incluso a nuestro portero, un deleznable ser, amorfo y vicioso...

Una tarde con Irina

Basada en una historia real, una historia que nos puede pasar a cualquier, sobre todo cuando llevamos una vida normal y de repente te descontrolas sin saber muy bien la razón.

No me preguntéis porque lo hice, ni en que estaba pensando, solo se que desde que me preguntó si escribía sentí unas ganas locas por que me leyera, y esas ganas locas derivaron en unas ganas locas de ella, todo un sin sentido porque la conocía desde hace mucho tiempo y jamás me pude imaginar que sentiría ese deseo incontenible por tenerla.

Le escribí uno y se lo entregué, lo escribí para ella, así sin más, no me dio vergüenza por lo que pudiera pensar, tampoco es que yo sea un gran escritor, ni siquie...

Muy despacio.

Un relación rápida de dos amantes impacientes.

Esta encima mío, sus manos acarician mi abdomen, las mías se entretienen en su barriga, ella odia su barriga pero a mi me encanta, me pasaría tocándola horas. Continua rozándose con mi erecto miembro, no se decide, cierra los ojos, yo no voy a hacer nada, si lo quiere tener dentro será ella la que lo haga, siento su lucha interna, sus dudas, sus incertidumbres, vuelve a abrir los ojos, nos miramos fijamente, me sonríe y con una mano me agarra aquello que por fin va a explorar su mas tierna intimidad, se ele...

Historia de una infidelidad.

Infiel de pensamiento y de obra, el deseo por unos pechos grandes y las ganas de penetrarle el culo a su amante pueden más que su felíz vida. Marina y Mario se entregan al placer olvidándose del mundo que les rodea. (He juntado varios relatos cortos con la idea de darles un poco de continuidad).

He tenido que salir a mitad del ensayo, estaba ansioso, no me la puedo quitar de la cabeza, las notas no me salen, miro la partitura y no veo música por ningún sitio, solo el reflejo de su imagen, de su sonrisa, de su pelo corto, el director me ha mirado serio, he oscilado mi cabeza en actitud de negación y resoplando varias veces, no me encuentro bien, espero que lo entienda.

Cojo mi coche, no se que me pasa, hacía tiempo que no tenía este estado de nervios, mucho tiempo, la voy a ver mañana, después...

La escritora.

Dos escritores se juntan para hacer un relato.

Me gustaba leer sus textos, eran interesantes, ingeniosos, bien escritos y sumamente excitantes, mentía como una perra, eso es cierto, lo notaba en los textos que metía pollas, alguna habría probado pero ni de coña como allí lo contaba, en cambio, en los lésbicos, la plasticidad con la que relataba sus encuentros, a veces casi musical, denotaba claramente sus inclinaciones sexuales, y por eso me gustaban más sus relatos porque demostraba una imaginación infinita.

Yo de vez en cuando le comentaba algún...

Accidente Incestuoso III. Nuevo invitado.

La tercera y penúltima parte de esta saga nos viene desde el punto de vista de Sandra, y de como ésta intenta hacer partícipe a su madre del maravilloso miembro de su hermano.

Me tumbé sobre mi cama, hacía un buen rato que mi hermano dormía, la casa estaba en silencio, estaba exhausta, reventada, cuidar de mi hermano era agotador, pero lo que realmente me había cansado era la paja que me acababa de hacer con ese enorme monstruo que tenía el muy condenado, en mi rostro se dibujaba una sonrisa pícara al recordarla, estoy como una chota pensé, ¿cómo se me ha  podido ir tanto la cabeza?, ¡vaya polla que tiene, que exageración!, y que cantidad de semen, ¡madre mía, que disparate! , y...

Accidente Incestuoso II. La confirmación.

Continuación del anterior pero independiente.

Habían pasado unas horas desde que mi hermana había perdido el norte en el baño, mi cabeza pasaba de al excitación a la culpa con facilidad y a duras penas podía concentrarme, asumía que todo eso era una locura, que estaba mal, pero por el contrario, la imagen de Sandra masturbándome y como ella misma se había dado placer delante mía, sin importarle nada, solo el desahogo de una excitación que la quemaba por dentro, me tenía muy encendido.

Tras muchas idas y venidas mi cabeza fue tomando consciencia d...

Quisiera ser

Quisiera ser una simple gota para amarte.

A veces quisiera ser gota de rocío

y crecer sobre tu morena piel,

crecer contigo,

hacerme grande sobre tu cuerpo y una vez engrandecido dejarme caer.

Recorrerte con los cinco sentidos,

despacio, suave,

como gota de rocío.

Pero no se si hoy quiero ser gota,

ni siquiera de rocío,

y que el calor de tu amor me funda en un oscuro vacío.

No se, creo que hoy no,

quizá encuentre mañana el sentido

de bañarte con mi alma y...

Fantástica Recaida

Después de mucho tiempo, la infidelidad llama a mi puerta, pero que puerta.

Me había jurado que jamás me volvería a pasar, la última vez aunque no salió mal, ni hubo nada que lamentar, me dejo un estado de ansiedad y frustración que aún perturbaba mi tranquilidad, y en un acto de real responsabilidad compartida, había decidido con gran firmeza no volver a cometer el mismo error.

Me lo había jurado y perjurado, había cortado cualquier camino que me llevase a una situación análoga, moderaba mis comentarios, cortaba cualquier amago de juego indecoroso, incluso negaba la máxima...