Capítulo IV Una cuchilla de Afeitar
Salgo un momento, voy a comprarme una maquinilla eléctrica de afeitar Nos vemos por la noche, Te quiero.
Me levanto temprano, con los primeros rayos del sol; y me dirijo al cuarto de baño. Antes de salir de la habitación, me giro para mirarte… parece tonto, pero me encanta verte dormida, con tu rostro en paz. También me gusta saber que estás ahí, que estás protegida, y que compartes mis sueños, esperanzas y alegrías cada noche y cada día.
Tras haberte visto, entro lentamente en la ducha después de haberme despojado de la ropa, de la misma forma que me quito esas barreras que ocultan y protegen mi alma de...