Capítulo IV Una cuchilla de Afeitar

Salgo un momento, voy a comprarme una maquinilla eléctrica de afeitar Nos vemos por la noche, Te quiero.

Me levanto temprano, con los primeros rayos del sol; y me dirijo al cuarto de baño. Antes de salir de la habitación, me giro para mirarte… parece tonto, pero me encanta verte dormida, con tu rostro en paz. También me gusta saber que estás ahí, que estás protegida, y que compartes mis sueños, esperanzas y alegrías cada noche y cada día.

Tras haberte visto, entro lentamente en la ducha después de haberme despojado de la ropa, de la misma forma que me quito esas barreras que ocultan y protegen mi alma de...

Los pasillos del instituto (5)

Hacía años que no volvía a mi viejo instituto; el lugar donde pasé mis años de adolescencia y fui formándome para llegar a ser quien soy a día de hoy.

Hacía años que no volvía a mi viejo instituto; el lugar donde pasé mis años de adolescencia y fui formándome para llegar a ser quien soy a día de hoy. Las paredes llevan sin pintarse un par de años; la iluminación es débil; el suelo está ya desgastado y un olor a humedad inunda el ambiente.

¡Qué desiertos se ven los pasillos! ¡Qué vacías las aulas! ¡Cuan pequeños se me antojan ahora los pupitres! ¿Y la pizarra? Esa pizarra que se me antojaba aterradora e inmensa cuando me tocaba salir a hacer algún ej...

Repuesta al relato de la webcam

La autora del relato la webcam es amiga mía, y este relato es un homenaje a ella, a su relato, y a lo que pasó cuando lo leí.

Reacción ante el relato

Casi ni me lo podía creer cuando lo leí. Mi amiga de la pubertad había publicado un relato de aquella índole; cuando al conocerla, era una chica casi puritana que la sola mención de la palabra sexo, la volvía más bien arisca.

Cuando me propuso que lo leyera, los cambios hacia tiempo que se habían operado en su personalidad, más no esperaba que las cosas sucedieran así, y hoy, a pesar de todo, me sigo preguntando si obré bien.

Empecé a leer: era el relato sobre...

El hielo y el calor

El calor puede ser muy traicinero, y los hielos unos juguetes muy perversos.

Capítulo III Lo que se puede hacer con dos cubitos de Hielo.

El calor se va filtrando poco a poco por la habitación. No hay duda que este verano nos va a castigar de manera inmisericorde; poniendo a prueba nuestro aguante contra el desgaste psicológico que supone la bocanada de aire cálido a la que hemos de hacer frente.

Te observo con detenimiento... la respiración se ha vuelto trabajosa, y algunas perlas de sudor comienzan a poblar tu frente.

Me dirijo a la pequeña cocina, y disfruto...

El día siguiente

Es el segundo capitulo de una novela que empecé a escribir... y ahi se quedó.

Capitulo II El día siguiente

Te arropo despacio. La verdad es que ha sido un día largo y lleno de actividad; pero yo aún no puedo dormir. Esta mañana hemos compartido besos, caricias y abrazos con la misma intensidad y el mismo amor que aquella primera vez... Todas las veces son como la primera, y a la vez, distintas. El poder despertar a tu lado, el abrir los ojos y ser tu rostro el primero que vea, me llena de felicidad y me hace sentir pleno de sensaciones hasta hace poco desconocidas para mí...

El amanecer

Dos personas, una habitación, y el sol entrando por la ventana

Capítulo I El amanecer.

Entro lentamente en la habitación. La luz es muy tenue, pues falta poco para que halla amanecido del todo; y tú yaces sobre el lecho con la cara apoyada sobre la almohada, a la vez que tu pelo cae como en una caricia sobre tus hombros y tu rostro. La sábana te cubre hasta medio torso, ofreciéndome la visión de tus hombros desnudos y parte de tu espalda. La suavidad de tu piel me llama a acariciarla, besarla; a sentir su tacto como de seda rozar la yema de mis dedos. Tu bo...