Grecia nos espera
Un ejecutivo comercial en una isla donde tiene una reunión de negocios. Su amante muy peculiar se cruza el camino con un jubilado con ganas de disfrutar la vida. Y un socio de una empresa colaboradora muy serio queriendo cerrar el trato. ¿Cómo acabará todo?
El roce de los labios en el lóbulo de su oreja le hizo excitarse. Con parsimonia y pesadez, levantó su mano derecha y dejó resbalar sus dedos por la oreja, como si quisiera tocar un beso, como si quisiera recoger el carmín cálido que en su imaginación había quedado en su piel, para quitar la mancha. Podía oler la esencia de rosa líquida alrededor de su cuello. Podía sentir otro tacto recorriendo su pecho, y podía oir suaves susurros que pedían silencio para no contar nunca lo que pasaba. Podía seguir imagin...