Grecia nos espera

Un ejecutivo comercial en una isla donde tiene una reunión de negocios. Su amante muy peculiar se cruza el camino con un jubilado con ganas de disfrutar la vida. Y un socio de una empresa colaboradora muy serio queriendo cerrar el trato. ¿Cómo acabará todo?

El roce de los labios en el lóbulo de su oreja le hizo excitarse. Con parsimonia y pesadez, levantó su mano derecha y dejó resbalar sus dedos por la oreja, como si quisiera tocar un beso, como si quisiera recoger el carmín cálido que en su imaginación había quedado en su piel, para quitar la mancha. Podía oler la esencia de rosa líquida alrededor de su cuello. Podía sentir otro tacto recorriendo su pecho, y podía oir suaves susurros que pedían silencio para no contar nunca lo que pasaba. Podía seguir imagin...

El silencio de Iván

Jorge es un personaje, que cree estar cruzando una crisis de identidad. Aprovecha la fiesta con unos amigos para divertirse y conoce a un streper muy especial, con el que coordina fantásticamente, para tener un final muy repentino, en el que reconoce lo que estaba fallando en su vida.

Aquel café parecía el principio de un fin. Jorge se lo tomaba con amargura, mientras en la calle el buen tiempo comenzaba a hacerse notar. Era media mañana y los niños de un colegio cercano se oían gritar en su típica disputa mañanera del recreo. Los jubilados sentados en la calle buscaban la sombra, y los transeúntes, vestían en manga corta. Jorge, sentado junto a la barra del bar, al final de esta en una zona tranquila del Café Irlandés , pensaba en lo mal que se sentía, algo fallaba en su vida,...

El colchón de Ramón

Ramón aquella mañana había madrugado para hacer un poco de deporte, como era costumbre en el [...] Intenté disimular sin efecto, las ganas que tenía de verlo [...] Seguía metiendo y sacando, mientras mi polla y mis huevos rebotaban de arriba a abajo como locos.

Es el primer relato que escribo, espero que le guste a alguien. Pueden comentar para saber lo que he hecho bien o mal. Hasta pronto, nos leemos.

Saludos!!

El colchón de Ramón

Aquella mañana me levanté muy cansado, casi no había pegado ojo, toda la noche entre sueños y con sed pensando en sexo. Caminé al lavabo y me lavé la cara con agua fría, como me gusta hacer todas las mañanas. El agua inundó mi cara y cerré fuertemente mis ojos, resbalando por mi piel y luego me sequé lentamente...