¡Que gusto me da mamá!
Relato del comienzo de la relación entre una madre y un hijo.
¡Qué gusto me da mamá!
El medico me había recetado una tanda de inyecciones para los nervios, ya que me estaban destrozando a mis 40 años, de los cuales llevaba 18 casada. Como mi hijo Rosendo se cuidaba del botiquín de su club, donde ponía inyecciones a sus compañeros, pensé en aprovechar esta habilidad suya. Era un chico muy responsable y sensato, a pesar de que sólo contaba 18
años.
Recuerdo que la primera me la puso estando yo de pie. Me arremangué la falda y le mostré mi nalga...