La sumisa virgen.

A los pies de mi Sr me hice hembra, mujer y sumisa...

La sumisa virgen.

La imagen de aquella mujer no dejaba de sorprenderme, era mi reflejo en el espejo, pero casi no podía reconocerme en ella.

Allí estaba ese brillo en mis ojos, el brillo que tomo mi mirada desde que le conocí, el rubor de mis mejillas y la sonrisa traviesa que iluminaban mi rostro al recordarle… Junto aquel estremecimiento que recorría mi cuerpo solo al pensar en su mirada sobre mí, y la humedad que invadía mi entrepierna con tan solo sentir su presencia, no había duda era mi Sr...