De ciber a primera cita (2)
La llegada al hotel. Continuación de la primera parte.
Las puertas del ascensor se cerraron demasiado lentas para gusto de los dos. Cuando desaparecieron a las miradas de la recepción, sus manos, sus bocas y sus lenguas fueron pocas. Se comieron desmesuradamente y se metieron mano todo lo que les fue posible, hasta que el ascensor llegó a su destino y abrió las puertas, indicándoles el camino hacia la locura.
Anduvieron por un largo pasillo, con las manos en los bolsillos del culo del otro, bien juntos, besándose cada pocos metros. Un pasillo eterno...