Hasta donde quiera 7

Sumisión, entrega. Poder, uso

Por momentos nuestra Ama restregaba el coño en la cara del mamón, aún con la espalda sobre la mesa, follando a la ramera, metiéndole la polla entera en su coño.

Mi Ama tiene los pezones de la ramera cogidos, estirándolos hacia Ella. Los gemidos de las dos anuncian un orgasmo que está a punto de llegar. El dolor de la ramera se dejar notar por las quejas que también escapan de su garganta. Está disfrutando, aunque no puede llegar a correrse. Ama blanca aprieta más fuerte de ellos cuando nota que va a d...

Hasta donde quiera 6

Hay sorpresas que pueden ser gratificantes, o no?

Estoy vencido. No sé cómo soy capaz de mantenerme erguido. Ni cómo me mantengo en el taburete. El cuerpo totalmente entumecido, con fuego en el culo y en la polla con lo que la atraviesa interiormente, por ese dilatador uretral bien sujeto para que no se salga.

Al otro lado del armario la ramera ha dejado de gemir. Oigo aún el vibrador, aunque no los movimientos de follarse el culo, abierto por el consolador pegado a la ventana.

Mi Ama entra al despacho y se dirige a la ramera. Supongo que aún t...

Hasta donde quiera 5

Los cambios llegan, Mi Ama sabe lo que quiere, se adueña, toma lo que desea

Los sollozos de la ramera, los gemidos acelerados me sacan de la media concentración en la escritura. Me doy cuenta que me he escondido en ella para no soportar la mirada del mamón, lo denigrado que estoy en ese momento. En el fondo no entiendo cómo la ramera no se ha desecho de los consoladores, cómo no se los ha sacado dejando sus dos agujeros vacíos. Al contrario, me ha parecido oir, como en sueños, que ha tenido algún que otro orgasmo más ante la atenta mirada de la nueva visita. Es curioso cómo al fina...

Hasta donde quiera 4

Continúa la sumisión, la entrega. Continúa el dominio, la posesión.

  • Pásame un rotulador grueso, perro - Mi Ama se asomó un momento por el lateral del armario -. Ui, si no puedes jajaja - vino hacia la mesa y cogió uno negro que había en el lapicero - ¿Sabes para qué es verdad? - respondí con un asentimiento de cabeza, moviendo arriba y abajo el consolador que salía de mi boca y que me dificultaba la visión de lo que escribía. Y por supuesto un par de arcadas que me hicieron babear bilis de nuevo. Ama Blanca desapareció detrás del armario con el rotulador entre sus dedos. ...

Hasta donde quiera 3

Este es un relato de entrega y sumisión. De cómo desde que conocí a Mi Ama, he descubierto hasta dónde quiero llegar, hasta dónde me entrego y qué desea Mi Ama

Corrijo constantemente lo que escribo. El entumecimiento de las manos hace que marque la tecla equivocada una y otra vez. La poca movilidad que me deja la cuerda me hace más torpe. Con cada arcada la bilis empapa el dildo, y eso sin contar con la parte que no puedo tragar sin provocar nuevas náuseas sale esquivándolo y librándo la anilla. El pecho está lleno de ese asqueroso líquido. Incluso ha rebalado hasta el pubis, mojado los huevos y el asiento de taburete. Me adivino asqueroso. Empiezo a notar cierta...

Hasta donde quiera2

Las cosas se entregan sin condiciones. Las cosas se toman, porque le pertenecen.

Hace rato que ha anochecido. Veo la hora en el ordenador. A mi Ama no le importa que lo sepa. Creo que incluso juega con eso. Forma parte del dominio y del poder que sabe que tiene. No me tiene a oscuras. Ni siquiera en penunbra. Es mejor que sepa que soy Suyo en cualquier momento. El despacho está iluminado. La oficina también. No ha bloqueado la hora ni la fecha que aparece en la parte baja derecha de la pantalla. Ni siquiera ha apagado la luz para que solo viera la iluminación de la pantalla. Sabe que as...

Hasta donde quiera1

Les pido disculpas: repetí el título en el anterior

La espalda se está entumeciendo. Un fino dolor de aguja empieza a sentirse a sentirse en la columna. Las extremidades lleevan el mismo camino. Me cuesta alcanzarovlas teclas con los dedos. Oigo pasos de Mi Ama fuera del despacho. Cajones abriéndose y cerrándose. Hasta que pasa por delante de mi y desaparece enseguida por el lateral de mi vista limitada. Sigo escribiendo, quizás he vuelto a coger ritmo al verla, aunque me cuesta darme cuenta de las cosas. Gira el asiento del taburete. El vibrador entra más e...

Hasta donde quiera

Este es un relato de entrega y sumisión. De cómo desde que conocí a Mi Ama, he descubierto hasta dónde quiero llegar, hasta dónde me entrego y qué desea Mi Ama

Esto es mi oficina. El sitio donde trabajo cada día. Ahora estoy fuera de mi horario, en mi escritorio, o mi mesa. Delante del ordenador con el procesador de texto abierto, escribiendo por qué estoy aquí y por qué grabo estas palabras, sentado sobre un taburete de madera, sin respaldo, con un agujero en el centro. Sí, del que sale lo que ya han adivinado. Es bajo, lo sufiente como para que mis piernas pasen debajo del tablero, dobladas hacia atrás, atadas por esa cuerda que su imaginación les hace ver y que...