Mi hermana Marta
Indiscretamente
Ayer llegué a casa bastante más temprano de lo habitual. Subí directamente a mi habitación y nada más entrar escuché ruidos que provenían del jardín. Debía ser Marta, mi hermana pequeña. Me asomé y efectivamente, ahí estaba, en la piscina, junto a Azúcar, nuestro peludito.
Me quedé allí, apoyada en el quicio de la ventana, observando a mi hermana y su cuerpo atlético, ese cuerpo que siempre había envidiado.
Marta nadaba, daba grandes brazadas y estaba totalmente desnuda, ya que creía estar s...