Adorando las sandalias de mi mujer
Una tarde normal en la que adoro a mi mujer como la Diosa que es
Esa tarde llegué a casa bastante excitado. Mi mujer todavía no había vuelto de trabajar pero sabía que solo tardaría unos minutos, así que me puse a ver la tele mientras tomaba un vaso de agua. Minutos después oí la llave en la cerradura y los tacones de mi mujer que entraba.
- ¡Hola cariño!
Dijo al llegar al salón, y yo inmediatamente me levanté del sofá y dejé que se sentara. Ese día había llevado al trabajo un vestidito negro por encima de las rodillas y unas sandalias de tacón negras. Me pus...