Mi primera vez con un hombre

El día que iba a perder la virginidad acabó de una forma inesperada

Aquel verano cumplía los 18 y estaba dispuesto a dejar de ser virgen.

Mis amigas no parecían muy predispuestas a ayudarme. Mucho tonteo, risitas, besos, paro a la hora de la verdad nada de nada.

Así que, tan desesperado estaba que decidí acudir a la vieja tradición de las chicas de pago.

Reuní las pagas semanales, alguna extra por fin de curso y las de cumpleaños y salí dispuesto a estrenarme.

Me acerqué por la zona baja de la ciudad, por donde solían estar las prostitutas, la mayorí...