Sola
Hace algunos meses mi pareja tuvo que viajar por negocios, la tarde iba oscureciéndose por una tormenta que amenazaba lluvia. Mientras leía relatos sexuales en Internet tuve una idea y busque mi abrigo para concretarla. Baje al mercado y compre 4 o 5 pepinos. Los elegí cuidadosamente. No quería que fueran muy grandes pero si lo suficiente para lo que yo los necesitaba. Volví a casa, los envolví en film y los unte con gel íntimo. Por el tamaño de mis pechos puedo autoproporcinarme el placer que otras mujeres no, me lamo los pezones, eso me excita mucho. Así fui acariciando mi clítoris y lamiendo mis pechos lentamente. Mientras, afuera, se desataba una tormenta fuerte y adentro mío se desataba otra. La lluvia me pone como una leona, e introduje el primer pepino en mi vagina.
Desde muy pequeña, tuve una alta sensibilidad sexual. Y debo aclarar que siempre retenida y disfrazada por los códigos sociales y los prejuicios que fui absorbiendo al volverme adulta.
Cuando solo tenia unos años, en un juego de niñas; bese a mi prima. Guardo ese recuerdo con mucha vergüenza y me causa culpa. En cambio tengo otros que me producen placer y que me llevaron a conocerme y a disfrutarme, para poder luego disfrutar de otros.
En el patio de una de las casas en las que vivió mi fam...