Una mañana de enero

Los lunes pueden llegar a ser deprimentes, sobre todo cuando es el primer día de clases y hasta la semana anterior tuviste exámenes, pero eso lo vamos a arreglar en pareja.

Sentí su piel rozar la mía, nuestros cuerpos desnudos fundidos en uno, ambos recostados sobre nuestro lado izquierdo, mi pecho pegado a su espalda, mi brazo derecho envolviéndola, con la mano posada suavemente sobre su teta izquierda. Más abajo, mi pierna derecha se había abierto paso entre las suyas en algún momento de la noche, y más arriba, mi cara se encontraba a centímetros de su cuello, con mi olfato impregnado de su esencia.

La noche anterior habíamos tenido sexo, prueba de ello era la ropa reg...