Desde mi azotea VIII (final)
¿Es sólo sexo? Es fácil, placentero y sin compromiso. ¿Se puede pedir más? Pero a veces todo se complica y en la vida se ha de renunciar a cosas que nos apetecerían hacer.
Llegó el día del cumpleaños de Elena y Pablo se quedó en casa todo el día. Su cuñado David ya había vuelto en su viaje relámpago para la celebración con su mujer. Los dos salieron de casa un poco antes para preparar más cosas en el local, y Pablo pasó la tarde un poco inquieto.
Aquella mañana había escuchado a su hermana desde la puerta hablar con la vecina. Las dos mujeres hablaban distendidamente sobre la fiesta, pero al oír las palabras de Jara, se sintió soliviantado. Le estaba confirmando a Elena...