Vacaciones cornudas. Parte 3.

Tras una noche de lo más morbosa, nos disponemos a pasar la mañana los dos solos a la espera que su amante vuelva del trabajo, pero nos tiene preparado una sorpresa...

Segundo día de vacaciones

A la mañana siguiente, a pesar de que no habíamos quedado con el amante de mi mujer, nos levantamos relativamente temprano para aprovechar la mañana visitando la zona turística de la ciudad. Aunque la noche anterior había hablado con Juan de la posibilidad de montarle algo mientras él tenía que hacer una guardia en el trabajo, no le había contado nada de eso a Ester. Me excitaba la idea de verla reaccionar al natural, sin conocimiento, ante cualquier eventualidad que se prese...

Vacaciones cornudas. Parte 2.

Tras el apasionado recibimiento de un par de horas antes, nos lanzamos a la primera noche de nuestra estancia de vacaciones, dejándonos llevar de la mano del amante de mi mujer.

Apenas nos dijimos unas cuantas frases sueltas desde que el amante de mi mujer se marchó de la habitación, pero bastaba que nuestras miradas se cruzasen para que apareciese en nuestro rostro una sonrisa de complicidad. Ester se estuvo duchando tranquilamente y luego, con una toalla enrollada, estuvo tomando un poco el aire en el balcón de la habitación, relajándose y preparándose para lo que podía dar de sí la noche.

Por mi parte no podía dejar de observar sus movimientos, recreándome en sus curvas mi...

Vacaciones cornudas. Parte 1.

Primeras horas de la semana de vacaciones en la que mi mujer se entrega con lujuria a otro hombre en mi presencia. Nuestra primera experiencia en el mundo de los cuernos consentidos.

Hacía unos minutos que habíamos llegado al hotel. Ester estaba desnudándose para ducharse y relajarse del viaje y mientras yo abría las maletas me preguntó si estaba seguro de todo lo que habíamos planeado. Notaba la excitación en su mirada y le dije que sí, que para eso habíamos hecho el viaje y que si ella quería, ahora mismo mandaba un mensaje a Juan, nuestro contacto, para decirle que ya estábamos en el hotel y que cuando quisiese podíamos quedar.

Le escribí con un nudo en el estómago, era nuestra...