Casi descubiertos.
A mi novio Alex y a mí se nos ha vuelto una costumbre ver películas en su casa por las tardes. Todo era Netflix y diversión hasta que nuestros instintos se aprovecharon de nosotros.
Alex me ha invitado a su casa. Desde que se rompió la pierna jugando fútbol, tiene que mantenerse en reposo por un lapso de tiempo que siempre me repite y yo siempre olvido.
Bebidas, papas fritas, almohadas y el control de la TV es lo único que necesitamos cuando estamos en el sillón de piel café oscuro de su sala. Nuestros viernes han sido así desde su accidente. Acostumbrábamos salir al cine o a algún bar para pasar el fin de semana, pero ahora a Alex y a mí nos ha dado por quedarnos en casa viendo...