Duelo de pajas
Hay veces en que, para pasarlo bien, no hace falta echar un polvo... Tan sólo estar dispuesto a nuevas experiencias y unos colegas.
DUELO DE PAJAS.
Por Pasguor
La historia que os voy a contar sucedió hace veinte años, cuando yo tenía catorce. Había empezado a pajearme a los doce, con mi primo y unos amigos suyos. Ellos tienen dos años más que yo y, por aquél entonces, y ya lo hacían con regularidad. Me enseñaron muchos de los trucos que hay que saber para pasar un buen rato utilizando la mano. Otros los aprendí de colegas y de mi propia experiencia. Al fin y al cabo, en esto de hacerse pajas cada uno vamos descu...