Nueva vida en Etiopía 8 parte
La familia blanca continúa humillada por los negros, sin límites
A la llegada de los primeros invitados, un matrimonio de nuestra edad, Candy se levantó para darles un beso y las típicas frases de cortesía. La invitada, negra, muy delgada, prácticamente un esqueleto andante, me miró y sonrió ante lo que veía. Yo seguía de rodillas, el disfraz de coneja había sido recortado en pechos y entrepierna para dejar a la vista mis redondas tetas sobresaliendo del traje y mi coño abierto por la postura que adoptaba. No quedaba nada a la imaginación.
- Cielo, hay que...