Extraños a veinte metros
Mientras espera a su marido, Laura tiene un encuentro de altura
Regresaron a la habitación del hotel sobre las siete y media de la tarde. Laura y Carlos habían pasado todo el día visitando diferentes lugares de la región, también una pequeña playa muy bonita pero en la cual decidieron no bañarse, porque para finales de septiembre, aunque la temperatura aún era agradable, no lo era tanto como para quitarse la ropa y meterse en un agua que no guardaba ya la temperatura agradable del verano. Dos cosas destacaban bajo su particular punto de vista, como las mejores del día;...