Sueños Rotos II: Un beso
Liam se retorcía debajo de él. Sentía su lengua ansiosa recorrer su cuello lamiendo, besando, marcando.
Liam se retorcía debajo de él. Sentía su lengua ansiosa recorrer su cuello lamiendo, besando, marcando. Se mordía el labio inferior con fuerza, pero intentar no gemir era como intentar nadar contra la corriente, ¿y quién querría nadar contra semejante río de placer? De modo que, en lugar de luchar, se dejaba llevar, abriendo la boca y permitiendo que su cuerpo respondiera a aquellos deliciosos estímulos con toda clase de sonidos indecibles.
Aferrarse a su suave cabello era lo único que Liam podía hace...