Tú, sumisa. (II)
Sexo, vicio, sumisión, y tú como protagonista. Sexo, vicio, sumisión, y tú como protagonista.
Tienes los ojos cansados ya. Tu cuerpo arde, te pesa, tiembla sin control. Tu respiración solo hace ir descompasada respecto a los latidos de tu corazón. Haces acopio de las fuerzas que tienes para estar atenta a los sonidos que tienes a tu alrededor.
“PLAF”.
Vaya, ahora lo recuerdas todo, eso que acabas de sentir es una ostia de tu amo. Comienzas a ser consciente de lo que acaba de pasar. Te has desplomado al suelo por culpa de la mano que se cernía sobre tu cuello. Te ha ahogado, y no solo...