Gloria la vecina
-¿A caso quieres follarte a la vecina? Pregunte excitado.
Era sábado por la mañana en el mes de junio, nos había despertado la lluvia, un chaparrón de verano caluroso y húmedo. Por fin sábado, sin tener que levantarse para ir a trabajar, los dos a gusto en la cama, haciéndonos los remolones, viendo llover, relajados y bien descansaditos.
Mi esposa, Virginia, así se llama ella, vestía camiseta de tirantes y unos shorts muy sexys sobre sus braguitas. Cuando mas nos pegábamos el uno al otro, el relax del descanso se iba tornando excitación, sus manos acar...