Gloria es una conocida y sé que se siente atraída por mí. Un día hice que me invitara a su casa, con la intención de pasar un buen rato junto a ella: por pasar un buen rato yo entiendo tirármela, y hacer de ella mi esclava. A eso iba dispuesto, sabiendo que ella no opondría resistencia.
Llegué por la tarde, y, efectivamente, Gloria ya estaba predispuesta: vestía una especie de bata de seda, semitransparente, a través de la cual podía adivinar el contorno de sus senos, y la forma de su talle. Pasamos a...