Obsesionado por mi rabo

Una excursión de fin de curso. Padre e hijo compartiendo habitación. Un rabo palpitante y una boca ardiente se convierten en una obsesión.

Tengo 40 años y estoy casado con una bonita mujer a quien todavía amo.

Tenemos dos hijos, un varón de 18 años, Álvaro y una niña de 9, a quien llamamos cariñósamente Dènia.

Somos una buena familia, por lo menos eso he creído yo hasta hace poco tiempo.

Lo que les voy a contar supone para mi un esfuerzo porque aún no he asumido totalmente lo ocurrido, y me cuesta mucho.

Siendo yo uno de los adultos que acompañaba a los chavales a su esperada y deseada excursión de final de curso , en l...

Tan caliente y excitado

Un hombre adulto, cuya heterosexualidad está a prueba de fuego -según afirma- es seducido por su propio hijo.

Me encontraba bajo la ducha, haciéndome un pajote , y sólo sé que todo sucedió deprisa y de manera muy espontánea.

Yo venía del Club de Tenis, de echar mi partida de pádel

Y por cierto, que el desastre de esa tarde en la cancha no tenía precedente. Fue una de esas ocasiones en la que uno no da pie con bola, ni bola con pie, ni nada que tenga sentido. Si hubo un culpable, ese fui yo. Pero como quiere el tópico, la culpa la tuvo una mujer; pura hembra hispana de silueta de avispa que pica y m...

Nuestro Consuelo

Un hombre maduro encara su divorcio con la ayuda de su hijo. Filial-gay.

Nuestro consuelo.

Tengo 37 años y soy un hombre divorciado. Mi mujer, con la que me casé muy joven cuando yo tan sólo contaba con 19 años, me plantó los papeles sobre la mesa hará ya más de tres meses, un domingo después de almorzar, y me dijo:

-¡Hasta aquí hemos llegado! Firma, y la pesadilla habrá acabado.

Recuerdo el silencio que siguió a sus palabras. Nada en el salón de nuestro piso se movíó. No hubo ningún alboroto, ni un grito, ni ningún portazo. Gracias a Dios los niños no se h...

Mi nueva vida sexual

Un hombre casado, durante su siesta, descubre los placeres del sexo anal con su propio hijo... Filial-Gay.

Mi nueva vida sexual

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Tengo 37 y estoy casado con una bonita mujer a quien todavía amo. Tenemos dos hijos, un varón de 18 años y una niña de 9. Somos una buena familia, por lo menos eso he creído yo hasta hace poco tiempo.

Lo que les voy a contar supone para mi un esfuerzo porque aún no he asumido totalmente lo ocurrido.

Me explico.

Una de estas tardes de verano, estaba yo echado en mi siesta complemente desnudo, puesto que en casa somos moderadamente liberales en este sentido. A...

Crónicas de un padre (01: Ordeñado)

Sentado en el asiento del copiloto, mi hijo dormitaba desde hacía rato. Lo que necesitábamos era parar y descansar. Volvíamos a casa en mi camioneta después de un largo viaje por medio país. (Filial Gay)

Crónicas de un padre.

Primera Parte. Ordeñado

Me sentía cansado. Llevaba muchas horas al volante y ya era muy tarde, más de media noche. Apenas había tráfico. Sentado en el asiento del copiloto, mi hijo dormitaba desde hacía rato. Lo que necesitábamos era parar y descansar. Volvíamos a casa en mi camioneta después de un largo viaje por medio país. Alberto, mi hijo, había conocido lugares nuevos y personas nuevas, lo cual le había ido muy bien para sobreponerse a su primera ruptura sentimen...

Crónicas de un padre (02: Obligado)

No me había meado encima. Sólo hacía un rato que me había corrido porque mi hijo me había hecho un pajote llevando yo aún los pantalones puestos. La mancha era sólo los restos de mi simiente. (Filial Gay)

Crónicas de un padre.

Segunda Parte. Obligado.

-Papá, tienes una mancha en los pantalones. Cualquiera diría que te has meado encima –dijo mi hijo en un tono malicioso.

Alberto yacía tendido boca arriba sobre una de las camas en la habitación. Yo me hallaba frente al espejo del baño y acaba de mojarme la cara. Trataba de despejarme un poco antes de acostarme. La imagen del gran espejo me reveló a un hombre de 38 años aturdido, de rostro somnoliento, ojeras y barba de dos días; un hombr...

Mi estreno

Un hombre casado cuenta cómo fue su primera vez: cómo y con quién... Fue con... ¡su padre!

MI ESTRENO.

Ocurrió en uno de nuestros últimos días de veraneo, en el hotel.

Las vacaciones tocaban a su fin. Y menos mal, puesto que ya empezaba a sentirme un poco harto de tantas mañanas de playa, tardes en la piscina y cenas a base de comida incomestible por cortesía de la gerencia del establecimiento. Todo me provocaba aversión. Recuerdo que, de mero aburrimiento, sólo deseaba volver a casa.

Por la tarde apenas me bañé. Hacía mucho calor, sudaba. Subí al cuarto, definitivamente h...