Elvira, nuestra sirvienta mulata (1)
Se quitó la tanga, se abrió de piernas, y se empezó a meter un dedo en su cosita bonita...
Elvira, nuestra sirvienta mulata (1).
Esta es mi segunda historia e igual que la primera (Verónica, la maestra del amor), es totalmente cierta.
Mi mamá se había acostumbrado a tener sirvienta en nuestra casa, debido a que se iba atrabajar en las tardes, se aburría mucho estando en casa.
Habían pasado por la casa diversas muchachas, todas feas.
Le recomendaron a una sirvienta nueva, la conocí cuando regresé del trabajo, en ese entonces, yo tenía 32 años. Cuando entré a la sala, m...